Roberto Carlos (para los amigos “Calin”), es una persona que estudio conmigo en la universidad, ingresamos el mismo año, siempre le gusto la auditoria y decidió especializarse en esta rama. Estos son algunos trabajos que tuvo:
– Fue el asistente contable en una empresa agrícola.
– Auxiliar de auditoria en una constructora.
– Jefe de Control Interno en una empresa financiera.
¿Cómo era “Calin”? Una persona a todo dar, buena gente, honesta y preocupado con su trabajo. Siempre que nos mirábamos en la calle nos saludábamos y conversábamos un rato. Deje de verlo por mucho tiempo (más bien diría años). Hasta que un día cualquiera tuve que pasar una fiscalización de SUNAT y me lo encontré cara a cara.
Al momento de tener el contacto inicial le dije: Hola “Calin” ¿Cómo estás?. Me dijo: Disculpé señor yo a Ud. no lo conozco, se ha equivocado de persona. Yo soy un funcionario del Estado y que trabaja para la SUNAT (sic). Le agradecería que me trate con respeto y que no me tutee. Al escuchar esta respuesta, no me quedo más que presentar mis papeles y responder a las preguntas que me hacía. Estas son algunas cosas que me observó:
– La legalización del registro de compras, está fuera de plazo. Por esto te puedo desconocer todo tu crédito fiscal.
– Las facturas de compras que me presentas, son giradas manualmente. Todas tienen el mismo tipo de letra (sic).
– En una factura de ventas, no ha pagado la detracción y no se ha hecho el respectivo depósito en la cuenta bancaria de la empresa.
Me dijo una serie de cosas (me tuve que morder la lengua, para no contestarle de mala manera). Pero hubo algo que si me sacó de quicio: Yo sé que hay muchos contadores, que tienen “una fábrica” de facturas de compras. Yo voy a ser el encargado de descubrir esta mafia y denunciar a los que forman parte de esta. Por lo que he visto, tú vas a ser uno de los primeros en formar parte de esta lista (sic). Como comprenderán el funcionario del Estado, me “busco la sinrazón” y me reparo varios gastos. Me quede con la duda como un trabajo puede cambiar tanto a las personas.
Hace poco lo encontré por la calle (para esto ya sabía que ya no era más un funcionario del Estado), me saludo con mucha alegría y me comento que había vuelto a trabajar como contador general en una empresa de transporte de carga pesada. “Calin” volvió a ser la persona que conocí en la universidad. Lo escuche y lo deje (le dije que tenía una auditoria en SUNAT), me comentaron que la persona que me va a revisar es bastante “especial” con los contribuyentes y te “busca la sinrazón” (no dijo nada y agacho la cabeza).
¿Tanto puede cambiar una persona que es funcionario del Estado?.