Esto le dijo Alejandra sus papas: No quiero estudiar. Se las describo como estudiante:

– Nunca le gusto estudiar.
– Era (es) bastante floja.
– Siempre terminaba raspando los cursos que llevaba.
– Tenía en claro que no quería seguir estudios superiores (de ningún tipo).

Al terminar sus estudios secundarios: ¿Qué haría con su vida? Sus papas sabían que ella no quería estudiar nada de nada (cosa que les preocupaba). Hasta que un día cualquiera, hablo con sus papas y les dijo lo que iba a estudiar: Cosmetología. Su papá puso el grito en el cielo: Eso no es una profesión, es un oficio. Su mamá le dijo: Con lo que quieres estudiar no vas a tener ni para comer. Alejandra, tomo su decisión: Yo voy a estudiar en un ISTP, una carrera técnica y seré en un futuro no muy lejano: Técnico en Cosmetología (sic).

Sus padres tomaron conciencia, que ella quería estudiar cosmetología y si no lo hacía, no iba a estudiar otra cosa. Ambos tomaron la decisión de apoyarla para que siga con sus estudios superiores. Ella averiguo donde iba a estudiar, la especialidad que iba a estudiar y el tiempo que durarían sus estudios. Empezó a estudiar y no jalo ningún curso (sus papas se quedaron gratamente sorprendidos).

Durante sus estudios, era frecuente que sus amigas(os) iban a su casa para pedirle sus servicios. En la sala de su casa, hacia: Cortes de pelo, maquillaje, peinados, tintes, manicure, pedicure, etc., especialidades propias de lo que decidió estudiar. Ya estaba ganando su dinero y tenía su clientela.

Un día cualquiera estaba por la calle y una señora le dijo a su mamá, que iba a festejar los quince años de su nieta y quería que Alejandra, la peine y maquille. Otro día se encontró con ella y le dijo esto: Alejandra, dejo a Carmen como una verdadera princesa. Su papá se encontró con un muchacho y este le pregunto a que hora estaba su hija para que le corte el pelo.

Todos hablan muy bien del trabajo de Alejandra, pero ella no tiene un salón de belleza donde atienda a sus clientes, ella atiende en la sala de su casa. Un día cualquiera su papá le dijo, que le iba a dar la cochera de su casa, para que ponga su salón de belleza. Ella hizo los trámites en SUNAT y en la municipalidad, para que le den su licencia de funcionamiento.

Ella no llega ni a los 20 años, gana su propio dinero y es dueña de su negocio propio. Ella ya tiene su propio salón de belleza, pero se sigue especializando en lo que decidió estudiar. Esta complementando su formación con estudios de dermatología y barbería. Ella tiene en claro que su negocio tiene que crecer y ser más próspero.

¿Apoyarían a sus hijos si tomarían una decisión como la que tomo Alejandra?.

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