Caso 1.-

“Carlitos” es un buen amigo mío. Todo este año, está trabajando para la Sra. Maruja. Durante todo este lapso de tiempo, la señora le pone “mil y un peros” para no pagar sus remuneraciones:

– No me han pagado las facturas.
– Tengo que regularizar documentos, después de esto recién me aceptan mis facturas.
– No me has rendido cuenta de los gastos que has hecho.

Antes de entrar a trabajar para ella, varias personas le dijeron que “no le gustaba pagar”, a pesar de esto, acepto su propuesta laboral. Durante todo este tiempo, otras personas y el, van a cobrar con insistencia sus remuneraciones, pero ella hace oídos sordos a sus reclamos. Carlitos me ha dicho esto de ella: “Nunca he conocido mujer más fresca que ella (sic)”.

Caso 2.-

Salome, estudio turismo. Ella empezó a trabajar en una agencia de viajes. Le dijeron desde el primer día, que iba a tener seguro y le iban a pagar su AFP (creyó en lo que le dijeron). En el trabajo que ella estaba, era una agencia que tenía cierto prestigio en el mercado de turismo de Lima. Como cualquier trabajo, le pidieron sus documentos y los de su familia para poner en el PLAME para que se puedan atender en ESSALUD.

Un día cualquiera, su menor hijo se enfermó y lo llevo para que lo atiendan por emergencia. Grande fue su sorpresa al decirle que ella no figuraba en el padrón de aportantes a Essalud: ¿Esta segura que su empleador está pagando todos los meses los aportes a Essalud? Ella dijo que si y no tuvo más remedio que retirarse de este establecimiento de salud.

El lunes a primera hora, busca al dueño de la empresa y le cuenta lo que le sucedió. El dueño muy suelto de huesos le dijo:

– No te puedes atender, ya que has traído los papeles a tiempo.
– Durante los 3 primeros meses, solo te puedes atender por emergencia.
– En otra oportunidad ella se puso mal y tampoco se pudo atender. Otra vez busco al dueño y le dijo: Si no te puedes atender en Essalud, es por culpa de ellos, todos los meses pagamos. Si te quieres atender, tienes que ir tu misma a las oficinas administrativas (sic).

Salome, siempre creyó lo que le dijeron. Ella estuvo en ese trabajo cerca de 18 meses. Hasta que un día cualquiera se retiró de esta empresa. Un día estaba en el banco y se encontró con el contador de esta y le pregunto: ¿Por qué nunca me pude atender en el seguro?:

El señor Carlos, nunca la ha puesto en planilla de la empresa. Por lo tanto, nunca ha pagado su AFP y menos Essalud (le contesto nuestro colega).

Ambas personas me pidieron un consejo y yo les dije que se hagan respetar, vayan a la autoridad competente y que denuncien el abuso que han cometido contra ellos.

¿Es preferible callar o denunciar este tipo de abusos?

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